




Pushkar es diferente a las demás ciudades de Rajastán que conocí. Y a pesar de tener un considerable flujo de turismo, mantiene el misticismo de ciudad sagrada.
A diferencia de las demás ciudades “conocidas” de la región no cuenta con un fuerte.
Aquí se encuentra uno de los pocos templos dedicados a Brahma (dios hindú) en el mundo. Además, existen más de 400 templos dedicados al panteón de dioses y más de 50 ghats alrededor del lago donde los hinduistas deben llegar por lo menos una vez en su vida para purificarse en sus aguas y realizar todo tipo de pujas (rituales y ofrendas). Según la mitología hindú el lago se formó cuando Brahma dejó caer una flor de loto.
Llegué en un bus en 45 minutos desde la estación de buses de Ajmer y me la pasé conversando todo el camino con Muyin, un agradable chico de 24 años perteneciente al ejército indio. A pesar de que la limitación del idioma (nuestro inglés limitado) vinimos conversando todo el camino sobre sus planes y los míos para el futuro.
Leí algunos comentarios que la ciudad estaba muy pintada para turistas y no era lo que *“creían”, pero a pesar de eso me gustó mucho su tranquilidad y que no fuera tan grande como otras.
*La India siempre rebalsa tus expectativas y te hace darte cuenta de lo equivocado que estabas sobre lo que creías.
https://www.facebook.com/elmundoesnuestroweb/videos/789778474551485/
A 5 km de la ciudad en la cima de una colina se encuentra el Savitri Temple desde donde se puede tener excelentes vistas de la ciudad y el lago. Aunque el templo no merezca tanto la pena. Puedes subir a pie o en teleférico.