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  • #Viajando,
  • Francia
Septiembre 09, 2016
3 días en la Ciudad del Amor / París
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  • Francia
Septiembre 09, 2016

Mi viaje empezó en París, donde además de conocer muchos extraordinarios e icónicos lugares, conocí el jet lag (descompensación horaria que hacía que las primeras noches no pueda dormir y que en las mañanas me sienta con mucho sueño).

Llegué a las 11 p.m. al aeropuerto de Orly (que no es el principal de París, sino el “alternativo”) y me sorprendí de la cantidad de maneras que tenía de conectarme con el centro, donde se encontraba mi hotel (barrio la bastilla, conectado muy bien con la línea 4 en la estación Parmentier). El metro abre muy temprano y cierra a la 1 de la madrugada, por lo que llegar a mi primer destino a descansar no fue muy complicado.

Tenía tres días y un itinerario armado con los lugares que quería conocer, pues se trataba de mi primera visita y tenía muy bien definidos los sitios que no debía perderme. De hecho, París es una ciudad para caminarla, llena de edificios sorprendentes, muy conocidos y de mucha vida por todos lados.

La “bodega” que estaba cerca de mi hotel abría todos los días hasta las 2 a.m., menos los domingos.

Día 1

A pesar de que llegamos en agosto, durante el verano, el primer día hizo un poco de frío en la mañana. Lo primero que hicimos fue conocer la Torre Eiffel. Intenté comprar los boletos por Internet casi con un mes de anticipación, pero ya se habían agotado. Entre algunas recomendaciones escuché que podía probar con ir temprano y hacer la cola (En verano suele haber mucha gente y se pueden hacer colas de hasta 2 horas sólo para comprar la entrada). Eso hicimos.

Llegué a la estación Trocadero, después de salir del metro y a sólo unos pasos ¡boom! la Torre Eiffel a lo lejos, una enorme estructura de metal que se alza sobre el final del campo de Marte. Previa foto de rigor y con un poco de frío, nos fuimos a hacer la cola para comprar las entradas.

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Las taquillas abren a las 9:30 a.m., pero nosotros llegamos a las 8:30 y ya había algo de gente. La espera no fue muy larga dado que estuve debajo de la torre observando su inmensidad.

Pensé: Mierda qué grande y qué difícil debió haber sido su construcción… (Quizás también por mis nulos conocimientos de arquitectura)

Fue montada para la exposición universal de 1900 con la idea de demolerla después, tarea que de hecho no iba resultar nada fácil ya que para entonces y durante 40 años fue el edificio más grande del mundo.

A las nueve y treinta la cola comenzó a moverse y el frío no cesaba, pero hay cosas que poco importan en algunos momentos. Ahí, por ejemplo, estaba esperando por conocer y subir a un icono de la arquitectura mundial.

Tienes la posibilidad de subir hasta la cima o hasta el segundo nivel. Obvio que subí hasta el final, por 17 Euros en ascensor y, pese a que estuvo nublado y pude ver la ciudad desde arriba: La felicidad.

Luego de pasearme por toda la torre y comprobar que estaba hecha de aluminio me fui caminando en dirección a la Academia Militar por el Campo de Marte (repleta de turistas haciendo la típica foto con la torre, que nosotros también hicimos, obvio).

A 5 o 6 cuadras de la Escuela Militar están Los Inválidos, un complejo arquitectónico francés donde está alojado El Museo de Armas y en donde también se encuentran los restos uno de los personajes más conocidos de la historia francesa, Napoleón Bonaparte.

El Museo es grande y está lleno de armas de todas las épocas de Francia, decir que eran muchas era poco, pensaba: podríamos armar otra guerra con la cantidad de armamento que hay. Desde las más antiguas hasta armas modernas y de otros lados del planeta, como China y Japón.

La visita no estaría completa si no entras al edificio de cúpula dorada donde están los restos de Napoleón. Quizá el mausoleo más impresionante y elegante que yo conozca. Cuenta con detalles de mármol  en el interior. Además, está acompañado por los generales y mariscales de mayor rango, así como de sus hermanos y su único hijo, quienes descansan en diferentes compartimentos.

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Luego nos fuimos en dirección al Louvre (esta vez si teníamos los boletos comprados por internet con hora programada para las 4 de la tarde. Como era un viernes del mes de agosto, estaba abierto hasta las 10 p.m.), otro destino imprescindible en París.

Fuimos caminando y paramos en el camino para comer. París. de hecho no es un sitio muy barato para comer en comparación de otros sitios de Europa, pero eso se los contaré más adelante. Lo bueno es que si quieres ahorrar unos euros existe la opción de comprar una merienda en algún supermercado.

Después de comer y de camino al Louvre pasamos por el Jardín de las Tullerias, que es como un parque enorme con banquitas que puedes mover y ponerlas donde quieras para descansar, excepto en el jardín que, como muchos otros de París, está prohibido pisar.

Para esta hora, aproximadamente las 2 de la tarde, el ambiente se había calentado y estábamos precisos. Sin frío pero tampoco con mucho calor, tomamos un descanso con siesta incluida. Luego a continuar.

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Entre el Louvre y el Jardín hay un arco, no es el más conocido de París, pero si es muy bonito y merece ser fotografiado.

Luego de las fotos con la pirámide del Museo continuamos el itinerario y entramos puntualitos al Louvre. El Museo es enorme, y creo que con decir eso me quedaría corto, debería decir ENOOOOOOOOOOOOOORME. Alberga piezas de todo tipo y de todas partes del mundo (quizá poco o nada de América).

Las piezas de las culturas más famosas de la historia están aquí, Mesopotamia, Roma, Egipto, Grecia, Macedonia, y Babilonia, es mencionar las principales. Quizás esto fue lo que más me gusto del museo.

También quería ver los cuadros: “Las bodas de Canan” y “La coronación de Napoleón”, y no es porque yo sea un experto en arte, sino porque siempre había escuchado de ellas (tenia mucha curiosidad por ver estas pinturas trabajadas sobre un lienzo super grande). Obvio que también vi a la Gioconda y otras obras muy famosas.

Podrías visitar el Louvre en 1 semana si deseas, pero nosotros nos quedamos 5 horas y eso fue más que suficiente.

Luego de este recorrido regresamos al hotel. Estábamos súper cansados, pero con poco sueño, así que recurrí a unas pastillas para la alergia que siempre me dan sueño y me ayudan a descongestionar la nariz. No había de otra.

Día 2

Me levanté con mucho sueño al día siguiente (maldito jet lag, la verdad es que a pesar de que leí sobre él pensé que a mí no me pasaría), pero aún así estaba listo para seguir conociendo la Ciudad Luz.

Nuestro primer destino del segundo día fue la Catedral de Notre Dame. Usamos el metro desde nuestro hotel y llegamos en 15 minutos a la Isla de Cite (que es donde está Notre Dame). Es el corazón de la ciudad (desde ahí se miden todas las distancias de Francia) y es donde se establecieron los primeros pobladores de la ciudad, por lo que es un lugar lleno de turistas (más en verano).

Tuvimos que hacer una cola larga (pero que avanzaba rápido) para ingresar a la Catedral. Un punto para mencionar es que te hacen abrir la mochila y pasar por un detector de metales en casi todas las atracciones de París, como si estuvieras en el aeropuerto.

Desde afuera ya se podían ver los detalles de esta exquisita pieza de arte gótico. La Basílica, está coronada por gárgolas que resguardan toda la ciudad, las mismas que fueron inmortalizadas por Victor Hugo en su novela Nuestra Señora de París. Si no leíste la obra de hecho te acuerdas de la pelicula de Disney el Jorobado de Notre Dame (ahí también aparecen las gárgolas).

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Por dentro es muy simple pero a la vez de dimensiones colosales. Napoleón fue coronado emperador de París ahí, como cuenta el cuadro de Jacques-Louis David.

Después fuimos en dirección al Panteón de París. Deben ser entre 8 a 9 cuadras para llegar. Si vas por la sombrita caminando no pasa nada. 🙂

Reflexioné sobre las construcciones parisinas, que parecen hechas con el afán de trascender, permanecer y sorprender.

El Panteón combina la sencillez de la arquitectura gótica con la majestuosidad de la arquitectura griega. Este edificio sirvió para fines religiosos o políticos según el momento de la historia. Pero a partir de la muerte de Victor Hugo (quien descansa aquí) se convirtió en un edificio destinado para albergar los cuerpos de personas ilustres (Marie Curie, por ejemplo)

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Después de nuestra visita comimos pasta por un lugar cercano.

De camino al metro (en realidad este era el *RER) descubrimos casi accidentalmente los Jardines de Luxemburgo, un lugar que no había sido planeado en nuestro itinerario.

* El RER es un sistema similar al metro (cubre trayectos mas largos) que funciona en Paris. Para más te dejamos nuestra Guía de viajes París

Es un lindo parque donde muchas personas se juntan para hacer un picnic o para llevar a los niños a jugar con barquitos de vela en la pileta del centro.

Luego nos fuimos en dirección a Montmartre con el RER para visitar la iglesia Sacre Couer y sus alrededores. Recuerdo que bajamos en una estación muy concurrida (Barbès – Rochechouart). Inclusive cuando bajamos había una marcha con algunas personas portando banderas de Costa de Marfil.

Caminamos un poco más por algunas callejuelas en dirección a la colina. Llegamos, y comenzamos el ascenso hasta la primera planta de la colina, desde donde se tienen hermosas vistas de la ciudad de París.

La colina es muy concurrida, su cima se corona con una diferente y hermosa iglesia, Sacre Couer. Si viste Amelie (una de mis pelas favoritas). Todo esto se te hará muy conocido.

Puedes entrar gratis a la iglesia para conocer su famosa arquitectura y subir inclusive a la Cúpula (Eso sí cuesta), este es uno de los puntos más altos de París donde se puede contemplar la ciudad, casi tan alto como la Torre Eifel.

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El barrio que rodea la colina se llama Monmartre, es muy bonito y pintoresco. De hecho, este barrio fue cuna del impresionismo y la bohemia de París del siglo 19. Está llenos de cafes, bares y tiendas de todo tipo.

Excelente para caminar y perderte por sus calles. Por ahí también puedes conocer el MOULAN ROUGE, el cabaret de la ciudad que ha sido inmortalizado en muchas películas.

*Cabe resaltar que en agosto el día dura mucho, casi hasta las 9 de la noche.

Luego de pasear por Montmartre seguimos nuestro recorrido en el metro, pero esta vez en dirección a lo que habíamos acordado sería la ultima parada del día.

Llegamos hasta el Arco del Triunfo, construido por orden de Napoleón quien, irónicamente, sólo logró conocerlo después de muerto. El arco es colosal, inmenso y monumental. Quizá el más grande que exista y existirá. *Existe uno más grande en Corea del Norte :V

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Fue una linda postal ver la caída del sol sobre el Arco del Triunfo. Luego nos fuimos en dirección a los Campos Eliseos (Lugar famoso por contar con todo tipo de negocios, incluyendo las tiendas de diseñador más selectas). Caminamos por esta amplia calle hasta la Plaza de la Concordia. Lo último fue subirnos a la Rueda de Chicago (yo muerto de miedo) que está frente a la Plaza para observar la ciudad de noche y desde arriba .

Luego de esto de vuelta al hotel, como siempre en el metro.

Era el segundo día, pero ya sentía nostalgia por irme ¡Es la ciudad del amor!

Día 3

Para el tercer día seguíamos (y duraría por varios días más) con el efecto del Jet Lag. Pero con un café en mano y con hartas ganas, empezamos el recorrido de nuestro tercer y ultimo día en París.

Abrimos el día conociendo la Opera de Garnier. Llegamos en metro hasta el frente del edifico,  donde suceden los hechos de la famosa historia del Fantasma de la Opera.

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La entrada tiene un costo que realmente vale la pena pagar, y es mejor si revisas los horarios para hacer un tour guiado. Cuando estuve afuera no me imaginaba lo que me esperaba, a pesar de que ya lo había visto previamente en fotos.

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Desde que entras te das cuenta de lo ostentosa que es. Cada espacio tiene más detalles arquitectónicos que el anterior. La opera refleja el estilo de vida de la clase alta de París de tiempos pasado. Es una oda al lujo.

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Fue construida en 1875 por un genio sin lugar a dudas. El joven arquitecto Garnier, quien sólo había diseñado un departamento antes de este proyecto. Compitió con proyectos de todo el mundo en un concurso público para adjudicarse el diseño y construcción de la ópera.

Luego de esto nos fuimos a un edificio no menos ostentoso y realmente extraño que estaba a unas 5 cuadras. Nunca había visto una iglesia que tenga fachada de templo romano, se trata de la Madeleine, edificación neoclásica, cuya construcción empezó alrededor de 1764 y terminó 80 años después.

La Madeleine se encuentra en la Plaza del mismo nombre que cuenta con una estación de metro. Esta abierta todos los días de 07:00 a.m. hasta las 07:00 p.m., excepto los domingos, que cierra desde la 1:30 p.m. hasta las 3:30 p.m. (esto nos pasó así que tuvimos que esperar un poquito). Para aprovechar el tiempo nos fuimos a comer a un Bistro/Restaurant muy cerca y luego regresamos.

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Caminando, a cuatro cuadras más o menos, está la histórica Plaza de la Concordia, con su obelisco egipcio en el centro, que ese día vimos con un sol radiante.

La plaza fue lugar de muchas decapitaciones, incluida la de Maria Antonieta. Hoy está al lado del Jardín de las Tullerías (donde fuimos después y, como la primera vez que lo visitamos, nos sentamos un rato a descansar y a tomar el sol). Habíamos visto una pequeña feria con juego mecánicos a los que nos animamos a subir (esta quizás fue la peor idea del viaje). Probamos subir al juego más grande y que daba más vueltas.

Después de esto tuvimos que volver al Jardín de las Tullerias a descansar otro poco y a esperar que pasen las nauseas y el mareo. :V

Nuestro punto final del día fue la torre Eiffel, estábamos cansados y queríamos ver el atardecer por allá. Fuimos en un tricicleta taxi que nos cobró 10 euros por cada uno y nos dio un lindo paseito al costado del SENA, a una velocidad muy relajante.

Llegamos, cogimos un buen sitio y nos sentamos a hacer algo que nos gusta mucho: ver la vida pasar.

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Me quedé impresionado con París y sólo al regresar entendí porque es la ciudad más visitada del mundo, y eso que en realidad sólo pude conocer durante tres días un poco sobre su estilo de vida y su gran legado. Me hubiese gustado quedarme más tiempo (prometo voler), pero a la mañana siguiente tenia un vuelo con dirección Venecia.

Notas:
* Todos los días desayunábamos Crossants en alguna cafetería que encontrábamos al paso (junto con un Café)
* Fuimos en Agosto y hacia calor (25 grados en promedio), pero en la noche o muy temprano podía estar un poco frío.

Azul: Día 1
Morado: Día 2
Verde: Día 3

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